Primero solo se oye un murmullo y, poco más tarde, un peñasco de varias toneladas se lleva por delante un remolque y lo aplasta en medio de un estruendo. Luego regresa la calma. Del remolque no queda más que chatarra. Por fortuna, en este caso la pesadilla de cualquier camionero o conductor no es real, sino un experimento grabado en vídeo en las montañas del sur de Austria, ejecutado con medidas de seguridad apropiadas y la ayuda de un talud propicio y una caravana.
La finalidad de esta prueba para la estructura de protección de Trumer es comprobar y certificar la idoneidad de los sistemas de contención dispuestos para evitar estas desgracias. Esta empresa, fundada en 1991 en Oberndorf cerca de Salzburgo, lanzó al mercado en 2008 el modelo de valla más resistente a nivel mundial para protegernos de los desprendimientos. Es capaz de detener una roca de 13 toneladas que caiga ladera abajo a 100 km/h sin desgarrarse. El mismo sistema atrapa también la tierra y gravilla desprendida que acompañará a las rocas. Generalmente, estas vallas sirven para proteger carreteras y vías férreas en regiones montañosas, pero también se usan en minería. Ya están presentes en casi todos los países, desde Rusia a Canadá, pasando por Nepal.
Los componentes básicos del sistema antidesprendimientos modular de Trumer son mallas de cables de acero, pilares, cables de anclaje y soporte (también de acero) y elementos de frenado. Los pilares van afianzados sobre plataformas y anclajes al suelo. Entre ellos se tienden y tensan cables que corren sueltos sobre guías apoyadas en los soportes, unidos por ambos extremos a los elementos de frenado y luego anclados al suelo. Los cables conforman mallas de acero con perfiles en forma de omega entre los pilares. El sistema está concebido para trabajar con mallas premontadas, que se instalan como una cortina. Eso no solo facilita la construcción, sino también las tareas de mantenimiento como la limpieza del área situada por encima del sistema de protección. El resto de elementos tensores, refuerzos y pilares se adaptan a las características del terreno y del riesgo para mejorar la estabilidad y resistencia. Estas protecciones no solo resisten cargas tremendas en casos de emergencia, sino que deben soportar 25 años a la intemperie. Por eso los estándares que Trumer impone en toda la producción son muy estrictos, desde la selección de materias primas hasta el control de calidad, pasando por la fabricación.
"Trabajamos con la certificación EN 1090-2 y producimos los componentes de acero que sirven de soporte con características de categoría 2", explica Daniel Jäger, quien lleva años siendo el director de Trumer Schutzbauten GmbH. "Entre el 30 y el 40 % del trabajo de producción se basa en la soldadura y empleamos solamente procesos manuales". En total, la empresa cuenta con siete puestos de soldadura manual en su planta, todos equipados con tecnología de Fronius. "Hasta nuestro primer sistema de soldadura era de marca Fronius", recuerda Jäger. "Todas las herramientas son de fabricantes de primera línea, no merece la pena ahorrar en este ámbito y no tendría sentido, porque nosotros apostamos por la calidad".
Trumer trabaja en paralelo con tres generaciones de sistemas distintos: desde el modelo TPS 330 hasta la plataforma TPS/i para sistemas de soldadura MIG/MAG. "Con esas soluciones conseguimos cordones de soldadura de altísima calidad, de forma eficaz y fiable. Es algo imprescindible para los componentes de acero de los sistemas de seguridad".
Así resume Jäger sus décadas de experiencia.
"Fronius siempre se las ingenia para proponer innovaciones que nos hacen la vida mucho más fácil".
También subraya la sencillez de manejo de la fuente de corriente TPS/i a través de una pantalla táctil que se puede controlar sin tener que sacarse el guante de soldar. "El concepto de manejo sigue la línea de las generaciones anteriores, así que los empleados que habían trabajado antes con máquinas Fronius lo dominan enseguida", destaca Jäger. "Además, te cuentan que la TPS/i es mucho más potente y que el arco voltaico es superestable".
Igualmente, este especialista considera la TPS/i ejemplar por lo sencillo y práctico que es consultar sus datos, como las horas trabajadas. Incluso se puede hacer por control remoto. Otra de las características más apreciadas por Jäger es la variedad de ángulos y longitudes de codos de tubo con que permite trabajar la antorcha de soldadura manual Fronius de la plataforma TPS/i, sin olvidar la articulación esférica. De este modo, la antorcha de soldadura se adapta perfectamente a las exigencias y preferencias individuales del soldador, respetando la ergonomía de su muñeca. Ante tales ventajas, Trumer ha actualizado los sistemas más antiguos modelo TPS 4000 y TPS 5000 con antorchas manuales MTB 500i W ML y su correspondiente juego de cables MHP 500i W ML.
En materia de disponibilidad y asistencia técnica, Trumer también confía en Fronius. Jäger advierte: "Por experiencia, tenemos claro que los peores problemas surgen cuando el libro de pedidos está repleto y se trabaja bajo presión, con los aparatos funcionando sin parar". "En este punto, además de la alta fiabilidad de los equipos Fronius, también destaca la rapidez con que reacciona el servicio de atención al cliente: suelen acudir de inmediato, cumplen las reparaciones sin demoras y si hace falta, te ceden un equipo de sustitución". Una garantía para continuar con los encargos de soldadura con la misma calidad y sin interrupciones, aunque la empresa esté a tope.
El director de la compañía está convencido: con la ayuda de Fronius están completamente preparados para afrontar proyectos futuros desarrollando y construyendo protecciones aún más seguras contra desprendimientos. "Somos fieles a Fronius porque sus aparatos, la asistencia técnica y su innovación cumplen al milímetro todo lo que exigimos".
» Con las soluciones Fronius conseguimos cordones de soldadura de alta calidad, de forma eficaz y fiable, algo imprescindible para los componentes de acero de nuestros sistemas de seguridad. «
Daniel Jäger, director de Trumer Schutzbauten GmbH